domingo, 7 de abril de 2013

Libre y atada



No sé muy bien qué decir.
a


Llevo unos días malos.

La verdad es que es una mierda, porque antes sabía lo que tenía que hacer. ¿dolor? ¿intenso malestar? Pues comer/vomitar/restringir/proporcionarme otro tipo de dolor. Tan fácil. Pero ahora ya no es lo mismo. No puedo hacerlo. No quiero
Y me siento como una olla a presión incapaz de liberar toda esta tensión acumulada. 
Llevo desde mediados de enero sin vomitar. No puedo creerlo ¡¡yo!! Pero no estoy bien, ni curada, ni muchísimo menos. 
Hace unos días he tenido una pérdida en la familia, y lo estoy llevando muy mal, estoy muy sola. Estoy lejos por decisión propia, pero en momentos así necesitaría el calor y el apoyo de alguien, y no he tenido a nadie. He sido capaz de decirle a mi novio que le necesitaba, pero él no me ha respondido como yo esperaba. 
Me siento tan abandonada. Vuelvo a tener ese sentimiento de niña pequeña que nadie quiere y que tiene que apañárselas por si misma. Es tan duro sentirlo sin anestesia. No puedo. Llevo todo el día llorando. 
Soy tan débil. Ante cualquier dificultad me vengo abajo. También he tenido cambios a nivel laboral, viajes, se ha juntado todo esta última semana, y he estado realmente desbordada

Pero supongo que esto pasará. Tengo que ser fuerte, que luchar y seguir hacia delante. Si lo pienso bien estoy en el mejor momento de mi vida, estoy más libre que nunca aunque sigo muy atada y acomplejada. Quizás no es que lo más duro haya pasado, pero al menos ya estoy en marcha. Tengo que dejar de huir.

Sigo perdida. Sigo viendo este mundo como hostil, sin encontrar todavía mi sitio. Fantaseo demasiado. Hago castillos en el aire, imaginando como podrían ser las cosas, qué podría estudiar, cómo de feliz podría llegar a ser, que él puede cambiar. Todo eso me calma. Futurizo y no pienso en el presente. Siempre he necesitado creer que algo mejor me esperaba. Hoy en día el presente ya no es tan doloroso (puntualmente ocurrió algo que me hizo remover, pero estoy medianamente en paz, intentando cerrar heridas) creo que puedo llegar a perdonarme. O tal vez no. Pasa un incidente y de pronto el odio hacia mi vuelve a ser inmenso. Las ganas de volver a destruirme son tremendas. Me cuesta ver el camino recorrido. Me cuesta decirme que no soy tan mala y que si merezco ser feliz pese a todo. Que no tengo la culpa de todo. Que no disparé a JFK.

No me enrollo más.


domingo, 24 de febrero de 2013

Era más fácil

En días como los de hoy casi me gustaría recuperar la inconsciencia.

No sentir nada.

Era más fácil.

No ver los por qués.

Pero tantos años anestesiada, tantos años queriendo quitarme la venda, y ahora que parece que si quita un poco, no acabo de estar segura. 

Soy pura contradicción.

Qué coño, no quiero seguir dormida en vida. Pero joder, cómo duele...

lunes, 7 de enero de 2013

Fin de fiesta


Lunes.

Toca volver a la normalidad.

He tenido una pequeñísima discusión con mi madre. Pero estoy orgullosa porque le he dicho algunas cosas que llevaba tiempo guardándome. Me cuesta tanto expresar lo que siento. Me cuesta incluso saber lo que siento.

Esta última semana ha sido muy rara. He sentido que volvía al pozo. Después de casi dos meses sin vomitar, estar de nuevo frente al wáter es una gran derrota. Vuelven a invadirme los pensamientos de que nunca voy a cambiar, de que moriré sola y rodeada de vómito.


No lo sé. Intento no hacer caso a esa voz pero es muy complicado. Debí darme cuenta. Debí atender a las señales. Pero no lo hice y ya no hay tiempo para lamentarse. No sé por qué me cuesta tanto ir por el camino que debo. Hacer las cosas lógicas. La gente es feliz porque no se pasa la vida torturándose. Si no dejo de odiarme nada cambiará.

Es raro pero tengo el deseo de que me encierren. Es la única forma en que podría parar esta espiral. Necesito calmarme.

El viernes pasado por la noche tuve una especie de "ataque de ansiedad". Digo especie porque me pude controlar. Supongo que ya no tengo 16 años como para ir por ahí haciendo escenitas. Pero me entró una cosa por dentro, unas ganas de explotar, de romper cosas, de huir. Normalmente cuando tengo esa sensación necesito salir de donde esté. Ir a la calle, pasear, llorar y hacer algo con mi rabia. Pero no podía. No habría sido justo hacerle eso a mi chico. No sé cómo no se cansa de mi. Y allí estaba yo, sentada, paralizada, callada y con lágrimas empujándose en mis ojos. A veces me pregunto cómo puedo ser tan idiota.

Creo que esas sensaciones fueron las que me llevaron a vomitar al día siguiente. Las que hicieron que volviera a dejar plantada a una amiga para regordearme en mi propia mierda.

Pero eso no me vale. Llevo ¿un mes? comiendo sin parar, engordando. ¿Por qué? Estoy tan cansada de esto. Tanto... Me da tanta rabia necesitar autodestruirme. Es vital para mi. Es como que sin eso nada tiene sentido, porque es lo único que me da seguridad. 

Soy tan miserable. 


domingo, 6 de enero de 2013

XXL


Hoy he vuelto a pesarme.

Llevo días comiendo sin parar.

He vuelto a vomitar. Dos veces.

Nada tiene sentido.

¿cómo vivir así?

¿cómo llenar este vacío cuando creo que voy a explotar?

S O S