viernes, 29 de julio de 2016

no soy una SÚPER gorda



Es difícil ser una misma. Es difícil existir.
Supongo que por eso mismo, por mi grandiosa habilidad para recoger una dificultad, guardarla, y hacer como que nunca ha ocurrido nada; a mí me cuesta tanto saber quién soy.

Tal vez no lo quiera saber. Tal vez no me atreva a mirar.


Hay muchas cosas que NO soy.

Es evidente que estoy muy gorda, que padezco obesidad; sin embargo las palabras "curvy"/"curve"/"gordibuena"/y mierdas por el estilo no me representan para nada.

Lo que yo tengo no son curvas, es tejido adiposo acumulado (grasa) por todas partes. Actualmente me causa problemas de salud y mucho rechazo hacia mi misma. Si bien es cierto que mi inestabilidad emocional no viene provocada por mi obesidad; al contrario, ha marcado los tiempos de multitud de problemas alimenticios.





Lo que quiero decir es que no es real eso de que las "curvas" están de moda.
NO. Lo bello, lo estético, sigue siendo la delgadez. La extrema delgadez.

Hay tiendas de moda de talla única. ¿única? ¿sólo las que tienen el culo pequeño tienen derecho a existir? Existen y están entre nosotras.
En cambio las tiendas con tallas grandes hacen ropa de todas las tallas. Para que en rebajas sólo quede la puta talla S...





Mi cuerpo es aberrante. He subido y bajado de peso tantas veces... Pero la última engordé. Mucho. Mi piel no estaba preparada.




Tengo horribles y enrojecidas estrías abosolutamente marcando toda mi piel.

En los hombros.

En la espalda.

En esos montículos que podría denominar "barrigas"

Bajo los brazos,

En las ingles.

En la zona de la fosa poplítea. (estas son terribles porque se ven al usar pantalones "cortos" o cualquier cosa que no tape hasta el tobillo)

En cualquier lugar que puedas imaginar.




No solo antiestéticas estrías inundan mi infinito cuerpo, también los temidos pelos, el puto vello. Cualquiera podría confundirme en plena naturaleza y sin mi ropa de tallas grandes con un mamífero gigante y peludo tal como un oso pardo, una ballena de pelo largo, el yeti, una loba gigante, o un marsupial descomunal que se creía extinto.
Tengo pelo hasta en el culo. Sí, me encantaría que no fuese literalmente cierto.



Hasta aquí la conclusión de que soy una gigante bola de pelo matorral llena de asquerosas estrías frescas, que viste con la ropa que "encuentra" en algunas escogidas tiendas de tallas grandes.

Perfecto.

Es evidente que mi descripción no concuerda con el nuevo Boom Curvy.



La explosión de mujeres gordas y bellas, inteligentes, útiles para la sociedad, con estilo; que desarrollan increibles carreras profesionales, no les molesta en demasía su pesado cuerpo y son capaces de ser felices y hacer felices a los demás.



Mujeres sin estrías, sin vello, sin 3barrigas; formadas, altas y estilosas, que llevan tacones, tienen parejas maravillosas, una vida social plena y además poseen algún talento/afición etc que las hace únicas.



Gordas escritoras, deportistas, realizan yoga, se alzan como voz del feminismo, gordas creativas, guapas, fotogénicas, visibles... Gordas estéticas y estilosas.


¿No tienen una 32? 
Tienen mucho más!!!





y yo aquí sigo, acomplejada porque evidentemente no estoy delgada (odio a las delgadas)
y sorpresa, acomplejada por una nueva raza de súper-gordas que lo hacen todo y todo increíblemente fantástico (odio a las gordis guapas y con éxito).





No soy una de esas súper-gordas, que parece que tienen súper-poderes.
no.
Si algo es seguro es que a mi me sobran decenas de kilos más, y me falta un flotador de flamenco rosa como ese (aunque no tenga piscina y no piense ir a la playa)

Bueno, qué más da.
What else?







jueves, 21 de julio de 2016

Han pasado un par de años...


Han pasado un par de años. 
Han pasado tantas cosas...





Ha habido tanta, tantísima oscuridad.
Muchísimo desasosiego.
Frustración. Locura.


Llegó un momento en que el número que marcaba la báscula no me importaba mucho; porque ya NADA me importaba en absoluto.
Encerrada, odiándome más que nunca, comiendo sin parar y nunca con el objetivo de nutrirme sino de alienarme; alcancé  puntos insospechados.

Ahora ese número es de  T R E S cifras. Hace casi un año que las cosas empearon hasta tal extremo. Casi un año en el que el abandono, el autocastigo y la locura han sido totales.






He tenido dos meses mejores, con una mudanza de por medio. Pero eso se acabó y otra vez la oscuridad ha vuelto y lo inunda todo. 

Sin rumbo. 

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