Hoy he tenido un día malo.
El miércoles mi psicóloga me puso una tarea que soy incapaz de hacer. Identificar mis sentimientos y escuchar los mensajes que yo misma me lanzo para boicotearme.
No puedo. Cada vez que esté mal tengo que pararme y ver QUÉ DEMONIOS significa ese "mal" tan genérico. Pero es que no significa nada. Llevo dos días con una opresión tremenda. Ha vuelto el ansia por la comida. Se me nubla el cerebro y todos mis pensamientos se centran en comer/estoy gorda/tengo ganas de vomitar. Y el vacío. De repente dejo de sentir solo está ese impulso que se apodera de mi.
Me calma comer. Me da una pequeña meta, un objetivo. Es como calmar al demonio que llevo dentro, como si se callase un rato cuando le doy de comer. Lo malo es que el demonio soy yo.
Estoy realmente jodida. Porque estoy haciendo lo que llaman "sobreingestas"/
Todo esto me jode mucho. No he hecho años de terapia para que mi mente siga ocupada por los fantasmas de los kilos. Me lo han explicado y he entendido que ese no es EL problema. Pero joder no puedo superarlo.
Es como si no quisiera curarme y tener una vida. Soy consciente de que me estoy provocando a mi misma. Quiero vomitar. Quiero darme un atracón en condiciones. Y con todos esos picoteos estoy buscando eso. Que se me vaya de las manos y me permita entrar en el ciclo comer-->vomitar-->comer-->vomitar-->restringir-->hacer deporte-->comer-->vomitar-->
y mientras tanto HUIR. Pero de qué? Joder no soy capaz de entender nada.
Llevo 14 años haciendo eso. Me he jodido toda mi adolescencia y parte de mi juventud.
No recuerdo qué es gustarse a una misma.
Tengo gingivitis crónica, los dientes fatal, reflujo esofágico, estreñimiento crónico, anemia, sobrepeso y lo peor ¡una enfermedad mental que me obliga a seguir destruyéndome!
Pero sigo obsesionada con la belleza.
La búsqueda de la excelencia y la superioridad.
Sé que no puedo seguir vomitando, que no me puedo permitir otro desequilibro electrolítico, ¿pero puedo permitirme seguir siendo gorda y horrible?
Esta noche tenía que ir con mi novio a cenar a casa de una pareja de amigos suyos. Una vez más lo he dejado plantado. No me veo capaz de nada, de que me vean, de hablar con otra gente. Hacer como siempre el papel de que todo va bien. Estoy harta de ser esa chica risueña, alegre, ingeniosa, segura de sí misma y feliz que todos creen que soy. Lo creen porque es el papel que llevo desempeñando toda mi vida, pero joder no es la realidad.
La realidad es que fantaseo con despertarme y ser otra persona. Otro cuerpo, otra vida que no esté contaminada por mis actos pasados. Vuelvo a pensar en la muerte. Me siento derrotada.
No sé hacer las cosas de otro modo.
No sé lo que siento querida psicóloga.